De esos viajes que siempre soñaste, a lejanas tierras, para descubrir culturas y tradiciones, aprender otros idiomas, formas de vida y un sin fin de experiencias alrededor del mundo. Emigrar implica dejar todo atrás, comida, costumbres, hábitos, anigos, familia y algunas veces toda una vida para iniciar otra en un mundo desconocido, lleno de retos.
Emigrar significa abandonar tu lugar de orígen por siempre o por tiempo indefinido, es llegar a un lugar y descubrir que los seres humanos somos diferentes, que requieres adaptarte a otro clima, ir al supermercado y descubrir nuevos productos, sabores y aprender diferentes formas de comprar, transportarte, saludar y convivir con la gente.
Es extrañar la comida y saber que no la encontrarás a la vuelta de la esquina.
Es usar tus habilidades comunicativas y saber ser empático con los demás y comprender que lo que está bien en tu país, en el otro puede ser una falta de respeto.
Y descubrir que cada país tiene sus olores, colores y sonidos que lo identifican.
Emigrar no es lo mismo que viajar, viajar es visitar un lugar por vacaciones o trabajo, tomarte la foto en sus lugares emblemáticos y saber que regresarás a tu lugar de orígen, con los tuyos y tus costumbres.
Por eso la próxima vez que digas "SI VIAJAR FUERA GRATIS, NUNCA ME VOLVERÍAN A VER", recuerda que siempre habrá un olor, sabor o recuerdo que dejaste atrás y te hará volver.
Emigrar no es lo mismo que viajar...